Carole Lombard, Marlene Dietrich o Louise Brooks son algunas de las protagonistas de la exposición fotográfica que acoge el Centro Cultural Pilar Miró entre el 1 y el 31 de marzo.

La muestra Mujeres modelos, Mujeres de Moda. 1850 – 1940, que se podrá ver en el Centro Cultural Pilar Miró durante el próximo mes de marzo, reúne 26 fotografías que el glamour de iconos del cine como Carole Lombard o Marlene Dietrich junto a la belleza de mujeres anónimas convertidas en modelos fotográficas.

Anónimo, 'Sin título', daguerrotipo coloreado, ca. 1850. Uwe Scheid Collection
Anónimo, ‘Sin título’, daguerrotipo coloreado, ca. 1850. Uwe Scheid Collection

La exposición, que ha sido comisariada por Mónica Carabias Álvaro, trata de abordar los conceptos de moda y modelo desde mediados del siglo XIX hasta las primeras décadas de nuestro siglo entendidos como sinónimo de representación de la actualidad y por tanto desde su perspectiva social, política, crítica y cultural.

La fotografía de moda y sus modelos han adquirido en los últimos tiempos gran notoriedad pública y artística, y han sido muchos los artistas que se han dedicado a retratar la imagen del ámbito de la moda en su sentido más amplio y desde una perspectiva artística.

Para la muestra se han escogido obras de un total de once fotógrafos procedentes de Europa y América que, mediante sus trabajos, retratan la condición cambiante de la mujer a través del concepto de moda y su reflejo en el mundo del espectáculo, de la cultura, del arte y de la sociedad en general.

Los protagonistas de las imágenes que componen esta muestra y sus autores representan distintas alternativas en la utilización de la imagen como testimonio inequívoco de lo que está de moda en una sociedad en la que las mujeres van a convertirse en testigos y sujetos activos por derecho propio.

De Lewis Carroll a «Horst»

Ernest Benecke forma parte de una generación de jóvenes fotógrafos que decidieron lanzarse a la aventura africana. Sus trabajos constituyen un vehículo gráfico excelente para el conocimiento y estudio documental de esta cultura. La imagen que se incluye en la muestra (Lofia. A Cairo Woman) se encuadra dentro de la corriente fotográfica que se ha denominado como «etnográfica» y forma parte de su serie Études Photyographiques.

Eugene Richee, 'Retrato de estudio de Marlene Dietrich' (1933)
Eugene Richee, ‘Retrato de estudio de Marlene Dietrich’ (1933)

Una década después encontramos a Lady Clementina Hawarden (1822-1865), fotógrafa perteneciente a la segunda generación de la fotografía amateur inglesa que emergió en 1860. Su obra ilustra no solo la vida doméstica femenina de la alta sociedad victoriana sino que también es un valioso y precoz testimonio de la fotografía artística.

Dentro del grupo de fotografía amateur inglesa cabe destacar el trabajo de Lewis Carroll (1832-1898), que fue uno de los primeros en considerar la nueva técnica como un medio de expresión digno, noble y lleno de posibilidades que conectaban muy íntimamente con su producción literaria. Sus retratos se caracterizan por su sencillez y naturalidad y por su riguroso sentido de la composición.

El desarrollo artístico en Julia Margaret Cameron (1815-1879) se inicia a una edad madura. Sus fotografías recrean una realidad bella, sin molestias, nunca prosaica dado su carácter humanitario. Su obra y su persona son uno de los ejemplos más elocuentes de la popularidad y potencial que manifestó el movimiento prerrafaelita por vía amateur y su extensión al movimiento fotográfico pictorialista. Asimismo, dentro del pictorialismo, esta vez francés, destacan los trabajos de Paul Bergon (1863-1912), que destacó como un especialista en el desnudo y en el drapé.

El arte y la literatura de finales del siglo XIX y de la primera década del siglo XX se encuentran fuertemente influenciados por dos corrientes: la orientalizante y el japonismo. Los dos retratos realizados por el norteamericano F. Benedict Herzog (1859- 1912) responden a este mismo gusto por lo exótico: oriental en el caso de Marcella y japonés en el de Ángela. Frank Eugène (1857 1927), americano de origen alemán, dedicó todos sus esfuerzos artísticos al retrato.

«Horts», 'Mainbocher corset' (1939)
«Horts», ‘Mainbocher corset’ (1939)

Por su parte Kitagawa Utamaro (1753-1806) es uno de los artistas japoneses más conocidos en Europa. Durante su primera etapa se dedicó a ilustrar piezas teatrales y poemas, para más tarde retratar a los actores al estilo Shunsho. Su trabajo retrata la belleza interior y la exterior: mujeres elegantes, esbeltas, de ropas caídas.

Atelier Elvira (1887-1924) fue fundado en Dresden por la pareja de fotógrafas Anita Augspurg y Sophia Goudstikker. Los personajes más destacados de la vida social y cultural de la ciudad alemana acudían a retratarse allí: actores, empresarios, aristócratas, actrices, científicos e incluso la Casa Real.

Por el estudio familiar del español Antonio Calvache (1896-1984) desfiló gran parte del mundo del espectáculo y los personajes más populares del momento. La bailarina Genoveva Vix fue fotografiada por Calvache como una bailarina oriental. Se trata de un magnífico retrato en donde podemos observar la riqueza del atuendo de esta bella joven y su pose cuidada y estudiada.

En un estudio familiar trabajó Mynia Díez-Dührkoop (1873-1929). Se formó como retratista en el estudio de su padre convirtiéndose ambos en los retratistas alemanes más importantes del momento, lo que les llevó a trabajar en París, Londres y Estados Unidos.

Retratista de moda fue también Madame d’Ora (1881-1963), seudónimo de Dora Kallmus. Destacan sobre todo sus trabajos para las revistas femeninos europeas y sus retratos de bailarinas como Josephine Baker, Anna Pavlova o Rosella Hightower.

Tras la Segunda Guerra Mundial, aparta el glamour de su fotografía y opta por una temática muy alejada del esnobismo y los lujos centrándose en un espacio concreto como eran los mataderos. El resultado fueron unas composiciones abstractas de alta intensidad poética.

Eugene Richee, 'Retrato de Carole Lombard para la Paramount' (1932)
Eugene Richee, ‘Retrato de Carole Lombard para la Paramount’ (1932)

Poco se sabe acerca de Eugene Robert Richee. Nacido en Denver en 1895, trabajó como retratista en los estudios Paramount. Algunas de sus fotografías se pueden considerar hoy en día como auténticos iconos del siglo XX, como en el que la Louise Brooks sostiene su collar de perlas. Asimismo, sus retratos de Marlene Dietrich fueron muy apreciados. Fotógrafo de las estrellas fue también Otto Dyar, de quien apenas se tiene noticias, a excepción de sus trabajos para la Paramount.

Paul Albert Bohrmann, «Horst» (1906-1999), realizó estudios de arquitectura y arte con Walter Gropius y Le Corbusier. Estos fueron fundamentales para el desarrollo de su fotografía, que estuvo enfocada hacia la moda y la publicidad desde que ingresara en 1934 en la plantilla de Vogue. Su conocidísima Mainbocher Corset (1939) pone especial atención en la pose de la modelo y a la composición. La imagen de la muestra, tomada en agosto de 1939 en los estudios de Paris Vogue en los Campos Elíseos, representa a la perfección la percepción de irrealidad que envuelve al mundo de la moda y de la modelo; un mundo repleto de espejismos distantes, de frialdad marmórea.

Por último cabe mencionar el trabajo de su gran amigo George Hoyningen-Huene (1900-1968), cuyos retratos se caracterizaban por su originalidad, misterio y un sentido muy estricto de la composición y de la distancia, en sintonía con la pintura surrealista.