Del 2 al 30 de marzo, el Centro Cultural Paco Rabal acoge la exposición ‘Varginal’, en la que los objetos poéticos de Isabel González y los ‘collages’ de Veleta nos invitan a reflexionar sobre la belleza de lo efímero.

El Centro Cultural Paco Rabal (calle Felipe de Diego, 13) acoge hasta el 30 de marzo la exposición Varginal, en la que los ensamblajes de Isabel González y los ‘collages’ de Veleta establecen un provocador diálogo sobre el potencial artístico de lo perecedero y la intervención del azar en el proceso creativo.

'Paseo en barco', Veleta
‘Paseo en barco’, Veleta

Según confiesa Isabel González, que además de artista es autora de libros como Casi tan salvaje (Salto de página, 2013) o Mil mamíferos ciegos (Dos Bigotes, 2017), el nombre de la muestra surgió de una noche de juerga: «Intentamos explicar lo que íbamos a hacer a un amigo y entre los tres y unas cuantas cervezas llegamos a la conclusión de que se trataba de un acto varginal. Es decir, vaginal porque lo habíamos hecho dos mujeres, y marginal porque en sentido amplio, habla del margen que solemos ocupar nosotras por poseer ciertos órganos, y en sentido íntimo, porque habla de lo que hemos ido dejando a los lados para seguir adelante. Dejando o construyendo. Además, lo íbamos a exponer en Vallecas, un barrio en los márgenes de Madrid. Toda una riqueza». Para Veleta, se trata de «valeriana vegetal», de un juego «con las palabras que no debe usar una señorita».

En Varginal conversan las piezas de Isabel y Veleta, pero no solo; sus propuestas no dejan de interpelar al espectador, guiándole mediante de la ironía —«la risa tumba a los monstruos», afirma Veleta— hasta ese territorio marginal donde se encuentran el collage y el objet trouvé (objeto encontrado): «Ambas técnicas se basan en adoptar la materia ya existente y darle un nuevo significado mediante el acoplamiento, la aproximación, la hibridación, el ensamblaje. Veleta trabaja con recortes de revistas y láminas. Yo, con los objetos abandonados que voy encontrando por el mundo, con lo que la gente tira porque ha quedado obsoleto, viejo, roto, al margen por seguir con el juego de palabras», explica Isabel.

El azar, sin el cual «no habría comienzo», en palabras de Veleta, es uno de los nexos de unión de las obras expuestas. Isabel González acumula objetos desechados y cosas rotas que encuentra y estos «se aproximan unos a otros y configuran un significado que también se va modificando en mi cabeza mediante ensayo y error hasta que forma y contenido adquieren una unidad. El azar me salva de mi manía de prever y de querer controlar el futuro».

Y en el centro de Varginal, el objeto-mujer, la mujer que según Veleta «se retuerce. Reflexiona. Se rebela, se sube a un pato y sale por fin del cuento chino», ese objeto mujer que se rechaza,  «el que no posee capacidad de acción. Que hace un millón de cosas, sí, pero que no está segura si las hace porque debe o porque quiere. En cierto modo, es usada como una herramienta. Y llegados a este punto, una nueva vuelta de tuerca y decir: ¿lo importante no es en realidad ser una buena herramienta? Arreglar, sostener, erigir en lo invisible, cuidar, limar los filos, arropar a alguien por la noche… Puestos a elegir, ¿no sería mejor que todos y todas fuéramos herramientas en vez de actores de la gran pantalla?», concluye Isabel.