● El primer instituto público del Ensanche de Vallecas adopta el nombre de la compositora, pianista y docente madrileña ● El centro ha comenzado el curso sin las plazas ni la equipación suficientes, según denuncian las familias
María Rodrigo es una de las tantas mujeres que la Historia se ha encargado de olvidar. Nacida en Madrid en 1888, fue la primera compositora reconocida como tal y que vivió de su oficio. Pianista y docente, pionera en su pasión por divulgar la música clásica entre las clases humildes, pertenece a la llamada Generación de los Maestros junto a Rosa García Ascot y María Teresa Prieto, y entre su círculo de amistades destacan Falla, Conrado del Campo y Joaquín Turina, entre otros. Ahora, el primer instituto público del Ensanche de Vallecas, inaugurado este curso, adopta su nombre como homenaje a una mujer que dejó su huella en el primer tercio del siglo XX.
Tanto ella como su hermana Mercedes, la primera mujer en obtener el título de Psicología en España, marcaron un hito en nuestro país. Ambas se vieron obligadas a exiliarse poco antes de que finalizara la Guerra Civil: tras pasar por la casa de su amiga María Lejárraga en Cannes y viajar hasta Suiza, llegaron a Colombia en 1941 y siete años más tarde tuvieron que huir a Puerto Rico, después de que las autoridades colombianas acusaran a Mercedes de comunista. En este país, María desarrolló diversas iniciativas didácticas y continuó con su labor docente y compositiva en la Universidad de Río Piedras. Falleció en Puerto Rico, a los 79 años, el 8 de diciembre de 1967, completamente olvidada por la música española.
María Rodrigo, que cursó sus estudios musicales en Madrid y como alumna de Richard Strauss en Múnich, fue también la primera mujer en estrenar una ópera en España: Becqueriana, ópera en un acto de los hermanos Álvarez Quintero, en el Teatro de la Zarzuela el 9 de abril de 1915. Sabía alemán y francés y estudió ruso, y también colaboró con las Misiones Pedagógicas, un proyecto de solidaridad cultural patrocinado por el Gobierno de la Segunda República.
Como pianista, fue concertadora en el Teatro Real y acompañó al piano a algunas de las grandes voces de su tiempo, como Miguel Fleta en sus conciertos por Europa. En cuanto a su trabajo como compositora, su obra abarca todos los géneros: compuso óperas, música sinfónica, de cámara, música para piano, música escénica y varias colecciones de canciones.
Un instituto «pequeño» y con «pocos recursos»
Así, el nuevo instituto del Ensache de Vallecas, situado en la confluencia de las calles Granja de San Ildefonso y Talamanca del Jarama, pasa a llamarse IES María Rodrigo para reivindicar a una brillante mujer cuya figura merece ser recordada. Pero, además de estrenar nombre, ¿cómo ha arrancado el curso en este centro? Su construcción, una demanda constante por parte de las familias de la zona, siempre estuvo rodeada de polémica, ya que las madres y padres del barrio reclamaban que llegaba cinco años tarde.
Una vez inaugurado, ¿cuál es la situación actual? ¿Cumple con las exigencias de los vecinos? La respuesta no parece ser muy positiva. «El instituto nace inacabado, pequeño, con solo diez aulas», denuncia a Valledelkas Susana Pereda, una de las madres del AMPA del cercano CEIP Agustín Rodríguez Sahagún y constante defensora de la educación pública en el distrito de Villa de Vallecas.
La falta de plazas sería, por tanto, el primer problema. El IES María Rodrigo oferta actualmente 300 plazas, que resultan del todo «insuficientes» para acoger a los alumnos de los colegios Agustín Rodríguez Sahagún y Loyola de Palacio que se incorporan a la ESO. En una segunda fase, podría albergar a 840 alumnos, pero «aunque lo amplíen, va a seguir siendo pequeño», asegura Pereda, que señala que el objetivo de las AMPAS es pedir ya un segundo instituto en el Ensanche: «El año que viene saldrán otros 150 alumnos hacia este centro y aún no sabemos cuándo va a comenzar la siguiente fase, que ya debería haber empezado».
Además, «el equipo directivo se nombró a dedo en el mes de julio y no han tenido tiempo para trabajar lo pedagógico porque fundamentalmente se han dedicado a lo burocrático». Esta «poca planificación» ha derivado en problemas de convivencia, surgidos de «juntar dos colegios sin ningún tipo de actividad previa, con un claustro de profesores que no se conocen y con pocos recursos».
Una falta de recursos que ha provocado que el IES María Rodrigo haya iniciado su actividad sin cafetería, biblioteca o gimnasio. Pereda lamenta que «hacer las cosas tan mal es una estrategia para deteriorar la educación pública» e indica que por lo menos tres familias han abandonado el instituto en cuanto han encontrado plaza en un centro concertado. «En el barrio no hay suficiente oferta de plazas públicas y las que hay no están en las condiciones más idóneas», concluye.