‘Sin refugio’ reúne más de una treintena de instantáneas que resumen la experiencia de la fotógrafa Samanta Arentino como voluntaria en un campamento de refugiados de la isla de Lesbos.
En una entrada del blog que Samanta Arentino escribió en marzo de 2016 durante su estancia como voluntaria en uno de los campamentos de refugiados de la isla griega de Lesbos, la fotógrafa de origen argentino escribió lo siguiente: «La mayoría se van felices de dejar el campamento porque tienen la esperanza de llegar a Europa, sienten que la oportunidad por la que han dejado todo atrás estás mas cerca. A pesar de que son conscientes de que la frontera entre Grecia y Macedonia está cerrada hace semanas no conciben, como muchos de nosotros, que sea algo permanente, que les dejen a la intemperie detrás de una valla, que no les dejen reunirse con otros miembros de sus familias que ya están del otro lado, que no se les trate como a seres humanos».
Sus palabras, cargadas de rabia e impotencia, sirven como complemento para la exposición Sin refugio, que el Centro Cultural Paco Rabal acoge hasta el próximo 18 de enero. Un testimonio visual que se acerca, a través de más de 33 fotografías en blanco y negro y color, a las vivencias de los refugiados que llegan a la isla griega procedentes de Siria, Irán, Pakistán, Afganistán o Irak. Refugiados que, poniéndose en manos de las mafias, tratan de cruzar el Egeo desde Turquía escapando de la guerra y del hambre. Entre 2015 y 2016, se calcula que unas 4000 personas perdieron la vida en este viaje.
Las fotografías fueron realizadas en los días previos a la entrada en vigor del acuerdo entre la Unión Europea y Turquía y recogen momentos de la vida en el campamento, los lazos creados entre voluntarios y refugiados y la dura despedida en el momento de las detenciones para su posterior deportación. Arentino nos cuenta a través de su cámara esas historias personales que, en demasiadas ocasiones, quedan silenciadas tras los titulares de los medios de comunicación. Una muestra necesaria.