Javier, dueño del restaurante Macarena, se lanza a la piscina y no duda en recomendar a Pablo Iglesias, líder de Podemos y uno de los vallecanos más célebres, la carne de cocodrilo «para que, por una vez, sea él quien se coma a un depredador».
Muy cerca del metro de Nueva Numancia se sitúa el restaurante Macarena, una rara avis en la oferta gastronómica de Vallecas que busca sorprender al cliente y que disfrute de nuevas experiencias. Gracias a los huevos de emu y de avestruz —dos de sus especialidades—, su variada selección de carnes exóticas —de camello, búfalo, Kobe o cebra, entre otras— y sus precios económicos, Macarena (calle Puerto de Pajares número 5) es ya un referente no solo del barrio, sino de toda la ciudad.
Charlamos con Javier, su propietario, para el que ofrecer un buen servicio es esencial para que los clientes se queden satisfechos, repitan la visita y, sobre todo, recomienden su restaurante. «El 90% de la gente que viene es porque alguien, un vecino o un compañero de trabajo, le ha hablado de nosotros», asegura este expublicista, vecino del Pueblo de Vallecas y quien recomendaría a otro vallecano célebre, Pablo Iglesias, la carne de cocodrilo «para que, por una vez, sea él quien se coma a un depredador».
¿Cuándo y cómo surge la idea de abrir un restaurante como Macarena?
Montamos el restaurante hace ochos años con la intención de aportar un toque diferente. Además de vender un menú diario, cañas y raciones, queríamos ofrecer algo distinto. Elegimos el barrio de Vallecas porque, normalmente, este tipo de locales suelen estar en el centro de Madrid, lo que incrementa el coste porque hay que pagar más alquiler, más personal, etc. Aquí, la carne de camello la vendemos a 26,50 euros, cuando en el centro, la misma carne, está a 40 o 45 euros.
¿Qué les espera a aquellos que vengan a comer a vuestro restaurante?
Sensaciones diferentes, experimentar. Lo que nos distingue es que el cliente descubre cosas que en ningún sitio encuentra. Por ejemplo, tenemos un huevo verde, el huevo de emu, que solo lo vendemos nosotros en Madrid.
¿Cuáles son los platos más demandados?
Aparte del huevo de avestruz, la carne de cocodrilo se vende mucho, y también la de Kobe y la de búfalo. Además, tenemos carne de camello, de impala, de antílope, de cebra… casi de cualquier cosa que ande.
Los clientes, ¿suelen ser vecinos del barrio o notáis que ya es un sitio de referencia en la ciudad?
Solo el 20% de la clientela procede del barrio, y el 80% restante es de fuera. Viene mucha gente del centro de Madrid porque los precios aquí son mucho más baratos y ofrecemos la misma carne. Además, estamos muy bien valorados en blogs y se habla mucho de nosotros en Internet. Jugamos con el boca a boca, nos interesa que la gente se vaya contenta, que llegue al trabajo y nos recomiende. El 90% de los que vienen es porque alguien, un vecino o un compañero de oficina, les ha hablado de nosotros.
Como vuestra oferta es muy singular, ¿qué es lo más curioso que os han preguntado?
Siempre está el típico que nos pregunta si cogemos las carnes del zoo. Yo siempre respondo, en broma, que tengo un patio muy grande.
Como decías, uno de vuestros sellos de identidad es el huevo de avestruz. ¿Qué tiene de especial?
Lo más importante es que tiene mucho menos colesterol que el huevo de gallina. Lo servimos acompañado de patatas, morcilla, chorizo, pimiento… va bien condimentado y lo suelo aconsejar para cuatro personas, aunque hay quien se atreve para menos.
De vuestra amplia variedad de carnes, ¿qué recomendarías a aquellos que se acerquen a Macarena por primera vez?
Siempre recomiendo el cocodrilo; estuvo prohibido durante muchos años y desde hace seis meses lo han vuelto a legalizar. El sabor es muy diferente, no te lo esperas. Por supuesto, también el búfalo y la carne de Kobe.
Y si tuvieras que recomendar un plato a Pablo Iglesias, ¿cuál sería?
También le recomendaría el cocodrilo, para que, por una vez, sea él quien se coma a un depredador.
Para acabar, una curiosidad: ¿por qué el nombre de Macarena?
Lo cierto es que así se llamaba antes este local y decidimos mantenerlo. Nos gustó mucho el contraste, no te esperas que en un nombre como Macarena encuentres esta variedad de comida. Mucha gente nos lo dice y eso es justo lo que buscamos, que el cliente entre y se sorprenda.
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